Listeriosis: cómo prevenirla

Las gestantes tienen una probabilidad 20 veces mayor que el resto de adultos sanos de contraer esta infección con graves secuelas para el futuro bebé.

¿Qué es la listeriosis?

Se trata de una infección producida por la bacteria Listeria Monocytogenes, la cual puede encontrarse en diversos alimentos. Por tanto se trata de una enfermedad de transmisión alimentaria. La bacteria se distribuye ampliamente por la naturaleza. Se aísla frecuentemente en el suelo, polvo, agua, y a partir de múltiples fuentes animales y vegetales, incluidos los ensilados, que constituyen una fuente relevante de infección en los animales.

Constituye un agente causal común de meningoencefalitis y abortos en los rumiantes, pero raramente se identifica como patógeno humano. Sin embargo, la vía de transmisión de la enfermedad en el ser humano no se conoció hasta mediados de los años 90. Así, en los casos de infección durante el periodo neonatal es por vía transplacentaria, mientras que en los casos veterinarios es por contacto directo.

La mayoría de la gente no corre mayor riesgo de contraer listeriosis. Sin embargo, hay grupos de población que se consideran «de riesgo» porque son más susceptibles a la listeriosis, entre los que se encuentran las mujeres embarazadas, los bebés por nacer y los recién nacidos.

¿Cuáles son los síntomas de la infección?

Sus síntomas son similares a los de la gripe (escalofríos, fiabre, dolor de cabeza), diarrea y dolor de estómago; y pueden aparecer días o semanas tras la ingesta de alimentos contaminados. En caso de padecer los síntomas mencionados, debe informar a su médico para que le efectuen los correspondientes análisis.

¿Cuál es el peligro de la listeriosis durante el embarazo?

Los cambios hormonales durante el embarazo producen un efecto sobre el sistema inmunológico de la madre que la hacen más susceptible a la listeriosis. De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las mujeres embarazadas tienen una probabilidad 20 veces mayor que otros adultos sanos de contraer listeriosis. De hecho, aproximadamente un tercio de los casos de listeriosis ocurren durante el embarazo. La listeriosis puede ser trasmitida al feto a través de la placenta aún cuando la madre no presente signos de la enfermedad. Esta infección puede conducir a parto prematuro, aborto, parto de feto muerto, o niños a término con graves secuelas, sobre todo neurológicas.

¿Cómo prevenirla?

Las mujeres embarazadas pueden reducir considerablemente las probabilidades de enfermarse si siguen cuidadosamente las medidas higiénicas y una serie de normas dietéticas para evitar el consumo de los alimentos potencialmente peligrosos. Debido a que la Listeria puede crecer a las temperaturas de refrigeración (0 a 8ºC) o más bajas, se aconseja:

– Utilizar lo antes posible todos los productos perecederos que estén precocinados o que vengan listos para comer. Observar con detenimiento todas las fechas de caducidad de dichos productos.

– Limpiar con frecuencia el frigorífico.

– Usar un termómetro en la nevera a fin de asegurarse que éste mantiene una temperatura de refrigeración o menor.

– Lavarse las manos con agua caliente y jabón después de manipular cualquier tipos de alimento fresco. Así mismo, lavar meticulosamente las frutas y vegetales, las tablas de cortar, la vajilla y los utensilios con el fin de eliminar cualquier bacteria que haya podido contaminar los alimentos antes de ser recalentados.

– Cocinar muy bien todos los alimentos, y especialmente las carnes, mariscos y pescados; y evitar pescados y mariscos ahumados (salmón, trucha, bacalao, atún, caballa…).

– Evitar los derivados cárnicos, tales como salchichas, patés, fiambres, embutidos, etc., salvo que estén recalentados hasta el punto de emitir vapor. Se pueden comer los patés y los productos de carne para untar enlatados o que han sido procesados para conservarse sin que se deterioren.

– Recalentar muy bien todas las sobras de las comidas hasta que observe el vapor. – El calor puede ayudar a matar cualquier bacteria que pudiese estar presente.

– No se recomienda comer quesos blandos tales como Feta, Brie, Camembert, y los de pasta enmohecida o con vetas azules como el Roquefort o el Cabrales. Se puede comer sin riesgos quesos duros (Cheddar, mozzarela), quesos pasteurizados para untar, quesos cremosos, requesón y yogur.

– No tomar leche cruda ni coma alimentos o platos preparados con leche cruda.

Fuente: Eroski Consumer

http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/embarazo_y_lactancia/2002/12/10/54589.php