El motivo de la publicación de este nuevo post no es, ni mucho menos, para generar alarma entre los consumidores, sino para abrir debate sobre el estado higiénico sanitario de las ensaladas envasadas cuyos proveedores venden como productos ‘listos para consumir’. ¿Realmente son seguras? ¿Deberíamos lavar estas ensaladas, aunque los fabricantes aseguren su limpieza?. Un estudio sobre ensaladas envasadas realizado en Estados Unidos, apunta a que en un 39% de las muestras se encontraron bacterias indicadoras de un estado sanitario deficiente y de contaminación fecal.
El estudio en cuestión fue realizado por la organización Consumer Reports. Se utilizó una muestra de 208 contenedores de 16 marcas, compradas en tiendas de los estados de Connecticut, Nueva Jersey y Nueva York. En dicha muestra se buscó la presencia de bacterias coliformes totales y otras, incluyendo enterococos, que son indicadores de contaminación fecal.
Los expertos consultados por la organización sugirieron que para las verduras de hoja, un nivel inaceptable de coliformes totales y enterococos es de 10 mil o más unidades formadoras de colonias por gramo. En las pruebas, 39% de las muestras superó ese nivel de coliformes totales y 23% los enterococos. De los paquetes con mayores niveles de bacterias muchos contenían espinaca y estaban entre uno y cinco días de su fecha de caducidad. Que fuesen orgánicos o incluyesen brotes tiernos no hizo ninguna diferencia.
Asimismo, la revista Consumer publicó un artículo sobre las ensaladas envasadas que, entre otros factores, analizaba la higiene de ocho ensaladas envasadas de cuatro marcas distintas. En general, se calificaba su estado sanitario como muy mejorable.
Seis de ellas sobrepasaban el máximo de aerobios mesófilos que admite la norma sanitaria, aunque ello no entrañaba riesgo alguno para el consumidor.
Sólo una de cada cuatro se hallaban en correcto estado sanitario e incluso en dos muestras se detectó listeria (agente patógeno), pero ninguna de estas dos incumplía la normativa.
Fabricantes y distribuidores deben prestar más atención al estado microbiológico de estas ensaladas, que no sufren manipulación alguna que elimine los microorganismos antes del consumo.
Como conclusiones, podemos extraer que las ensaladas de cuarta gama pueden constituir un riesgo para la salud del consumidor si son incorrectamente manipuladas, porque los vegetales no son lo suficientemente ácidos, tienen una gran cantidad de agua y no reciben tratamiento térmico para inactivar los microorganismos causantes de toxiinfecciones alimentarias.
La clave es el buen estado higiénico de la materia prima y que no se rompa la cadena de frío.
Se deben poner todos los medios para que no haya listeria en el producto, pero lo esencial es que no se multiplique, para lo cual es imprescindible el mantenimiento de la cadena de frío.
Fuentes:
http://revista.consumer.es/web/es/20010501/actualidad/analisis1/44247.php
Equipo HS Consulting