La cocina, tanto en los hogares como a nivel industrial, es una de las estancias que mayor cantidad de bacterias patógenas puede llegar a albergar, incluso más que un lavabo. Según un estudio realizado por microbiólogos de la Fundación Nacional de Sanidad (NSF), «seis de los lugares más sucios de la casa están en la cocina». Otro estudio, realizado por la Universidad de Arizona sobre cómo se transfieren las bacterias en el medio ambiente y focalizado en E.coli y Staphylococcus aureus, «hay unas 200 veces más bacterias fecales en las tablas de cortar que en el inodoro».
Los estropajos y trapos son los objetos más contaminados. Las principales causas de infección ocurren por contaminación cruzada a través de alimentos, manipuladores, o bien por una manipulación inadecuada de alimentos, incluida la fase de almacenamiento.
Zonas y objetos con más riesgo de contaminación
La mayoría de los patógenos que se encuentran en la cocina llegan a través de productos como la carne cruda o vísceras de animales, donde se originan muchas de las bacterias fecales. En la gran parte de los casos, no alteran ni el sabor, ni olor ni apariencia de los alimentos. Debe tenerse en cuenta, además, que los alimentos preparados en el hogar contribuyen a una carga importante de enfermedades, debido sobre todo a unas prácticas inadecuadas de manipulación de alimentos y de limpieza de ciertas zonas y objetos:
Fregadero de la cocina. Puede estar según la NSF, «100.000 veces más contaminado que el lavabo del baño por su frecuente contacto con la comida». Esto se debe a que es una de las zonas más húmedas y que suelen albergar restos de alimentos. Todo junto favorece las bases para el rápido desarrollo de microorganismos.
Máquina de café. Las bacterias y el moho crecen en las zonas oscuras y húmedas de la cafetera, según la NSF. Por tanto, es importante lavarla después de cada uso, dando especial importancia a las zonas de más difícil acceso.
Grifos. Es una de las zonas más húmedas de la cocina (además del fregadero) y, por tanto, se da el ambiente propicio para que crezcan los mohos. Si no se mantienen limpios y secos, cualquier síntoma de humedad servirá para su desarrollo.
Encimeras. De alto «tráfico de alimentos», esta zona recoge los gérmenes de objetos que no son propias de una cocina, como pueden ser monederos o bolsas de la compra, además de los alimentos tanto crudos como cocinados.
Esponjas de cocina y trapos. Según un estudio realizado por expertos en virología de la Universidad de Londres, «el 21% de los trapos de cocina visiblemente limpios en realidad contienen altos niveles de contaminación». Estos objetos proporcionan un ambiente cálido y húmedo a las bacterias.
Fuentes:
http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/sociedad-y-consumo/2015/01/08/221236.php
http://www.abc.es/sociedad/20141104/abci-estropajos-huelen-bacterias-201411031622.html