En España, dentro del ámbito hotelero, la tasa de incidencia de gastroenteritis vírica ha superado con creces a la gastroenteritis bacterianas.
Así, hace un par de décadas eran frecuentes las toxiinfecciones alimentarias, provocadas por bacterias como Samonella sp. (que causa la popular salmonelosis). Por tanto para adquirir la enfermedad es necesario ingerir el alimento o bebida en mal estado.
La mejora en las condiciones higiénico sanitarias de los establecimientos hoteleros ha reducido con drásticamente la incidencia de toxiinfecciones bacterianas. Sin embargo ha hecho despuntar las gastroenteritis vírico. La principal diferencia es que el origen de las gastroenteritis víricas se puede producir por un individuo enfermo o portador que contamine superficies y contagie (persona-persona) al resto, produciendo un brote.
Afortunadamente, la mayoría de las gastroenteritis víricas son trastornos de curso leve, que remiten en 72 horas. Sin embargo el contener este tipo de enfermedades supone todo un reto, ya que este tipo de brotes pueden afectar a centenares de personas durante un tiempo prolongado (meses) si no se activan los protocolos correspondientes. Existen ejemplos como el caso del barco de crucero Aurora que son ejemplo claro.
Los protocolos se basan en la limpieza y desinfección frecuente de superficies en contacto con las manos, además de aislar (cuarentena) a los afectados para evitar el contagio.
Una de las formas más eficaces para evitar el contagio persona-persona es el lavado de manos adecuado, una medida tan sencilla de aplicar, pero escasamente extendida. Desde HS Consulting recomendamos situar desinfectantes de base alcohólica en la entrada del restaurante. De esta forma podemos instar a los clientes al lavado de manos al menos antes del desayuno, el almuerzo y la cena.
Equipo HS Consulting